Como ya muchos sabréis, nuestra participación en la Vilagarcía Basket Cup se ha visto truncada por una intoxicación alimenticia. Hacia la mitad de la jornada de viernes se empezaron a dar los primeros casos y, a medida que pasaron las horas, el brote se propagó por gran parte de los componentes de nuestro club y, también, del C.B. Agustinos Eras, con el que compartíamos hotel.
Los síntomas: dolor estomacal, vómitos, diarreas, algunos casos de cefalea, mareos... Durante la noche, puertas abiertas en el hotel, convertido este en un hospital de campaña. Todos los miembros del 6,25 que todavía estaban sanos, tanto jugadores como entrenadores, se volcaron en ayudar a los que peor lo pasaban. Unos limpiando, otros cuidando a los más afectados, los que se mejoraban fueron relevando a los que ya no podían más... Y así hasta que salió de nuevo el sol. Otro claro ejemplo de solidaridad y compenetración, que es lo que nos hace grandes, esta vez en una situación más adversa de lo habitual, pero a la que también hay que saber hacer frente.
A la mañana siguiente, hubo que decidir y, por supuesto, en todo momento se antepuso el factor humano a cualquier compromiso deportivo. Cancelamos nuestros encuentros y pedimos ayuda sanitaria para los casos más graves. Dos jugadores nuestros, a las pocas horas dados de alta, fueron ingresados para prevenir consecuencias peores y de ellos se tomaron muestras para analizar los cultivos con los que podremos saber qué fue lo que diezmó nuestra expedición. Un tercer jugador visitó el hospital ya en Ponferrada, pero también sin complicaciones. Durante las próximas horas, las autoridades locales investigarán el hotel en busca del responsable de esta intoxicación pero, mientras tanto, todo apunta a que pudo ser un virus en el agua corriente del hotel.
Se terminó así, de forma precoz, nuestro torneo de Vilagarcía. Nos quedamos con lo importante: a estas horas todos se recuperan en familia de esta experiencia que esperamos que no vuelva a suceder.
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